Otros errores de traducción

DSC_2087_wY una a veces se va al carajo. Quizás no termina de comprender ni cómo ni por dónde, pero una palabra de más, una emoción saturada, un pestañeo más largo de lo habitual y… ¡zas! Allí está una desembocando derechito en la plaza principal de este poblado tan concurrido. Mire donde uno mire… sí, no hay dudas. Está en el centro del mismísimo carajo. Perdida en la ancha y congestionada avenida. Algo atragantada de vergüenzas que van surgiendo de a poco y la certeza unánime e inequívoca de haber desbarrancado de manera rimbombante.

Luego de semejante viaje, lo que queda es el regreso… Mirar cara a cara a los que nos sostuvieron la mirada y decirles:

-Sí… parece que me fui al carajo. Estoy volviendo. 

A veces el error se simula con una sonrisa. Pero otras veces, ni el simulacro evita.

Atrás de ese otro enojado y dolido, quedamos nosotros con nuestra sombra… Parece que las memorias del cuerpo recuerdan dolores que lo racional no entiende. Cuando la traducción falla, reproducimos errores de código y entonces lo incongruente sobreviene.